El origen del Día Internacional de la Mujer, tiene antecedentes históricos en las luchas de mujeres obreras de todo el mundo, quienes en el siglo XIX tuvieron la valentía y defendieron sus derechos como trabajadoras. Las demandas que tenían las mujeres de esa época, continúan siendo banderas de lucha de miles de mujeres, exigiendo salarios justos, condiciones dignas de trabajo, pensiones, seguridad social, reconocimiento a su trabajo, acceso al desarrollo profesional, ser nombradas como sujetas del desarrollo económico y social.
La socialista alemana Clara Zetkin (1857-1933), en la realización del II Congreso Nacional de Mujeres Socialistas realizada en el año 1910, propone que el 8 de marzo sea declarado como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En el año 1977 la Organización de Naciones Unidas declara de manera oficial el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, hoy se cumplen 35 años de ese acontecimiento histórico en la vida de las mujeres.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer devela luchas importantes que las mujeres hemos realizado desde distintos espacios. Uno de los temas que llama la atención son las oportunidades que tenemos las mujeres en la educación versus las oportunidades laborales dignas. En tal sentido, es importante que las mujeres apostemos a exigir al Estado de Guatemala cobertura total y mejor calidad educativa para nosotras y nuestras hijas. La educación va más allá de alfabetizar a la población, es formarla desde el análisis, la reflexión, la crítica y sobre todo la propuesta. Por ello, exigimos una educación libre de sexismos, violencias y cualquier acto que dañe nuestra dignidad como mujeres y como sujetas de esta sociedad.
La educación es un derecho cuyo ejercicio puede proporcionar a nuestras vidas una riqueza de conocimientos, experiencias, aprendizajes, relacionamiento, entre otros, que va más allá de su vínculo con nuestras posibilidades laborales. Sin embargo, también conlleva la posibilidad de un mejor trabajo bien remunerado, en condiciones de dignidad, calidad y respeto de los derechos laborales, para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestra familia. En ese marco, demandamos a los distintos sectores de la sociedad guatemalteca que generen espacios laborales dignos, de calidad, para poder ejercer nuestras profesiones y oficios en ambientes agradables.
La AMEF se une a las demandas del movimiento de mujeres, en defensa de las leyes y las instituciones creadas a favor de nuestros derechos como mujeres, renunciamos a dar un paso atrás, porque el feminismo es nuestro bastión de lucha para lograr las transformaciones estructurales y profundas que nos permitan vivir y convivir en un sistema sustentado en la equidad de género, la justicia y la democracia.
Este 8 de marzo reconocemos y visibilizamos a las mujeres como feministas, poetisas, artistas, activistas políticas, investigadoras, docentes, profesionales, lideresas, escritoras, comunicadoras, abogadas, promotoras de la salud, escultoras, periodistas y desde cada uno de diversos ámbitos en que cotidianamente contribuyen con su trabajo a nuestra sociedad.
Guatemala, marzo de 2012.
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