En el mes de diciembre, desde AMEF retomamos nuestro logo: La Caracola. Y
lo hacemos en el marco del 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
La Caracola
es el símbolo prehispánico de la llamada, usado para convocar a las asambleas y
reuniones. Representa esas voces que resuenan, que poseen historias de vida propias, que dialogan, que
se acompañan, que trabajan juntas.
Hay dos
derechos relacionados directamente con este símbolo y que son garantizados por
la Constitución Política de la República de Guatemala:
Artículo
33: Derecho de reunión y manifestación: Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin
armas. Los derechos de reunión y de
manifestación pública no pueden ser restringidos, disminuidos o coartados; y la
ley los regulará con el único objeto de garantizar el orden público. {…}
Artículo
35: Libertad de emisión del pensamiento: Es libre la emisión del pensamiento por
cualesquiera medios de difusión, sin censura ni licencia previa. Este derecho constitucional no podrá ser
restringido por ley o disposición gubernamental alguna. Quien en uso de esta libertad faltare al
respeto a la vida privada o a la moral, será responsable conforme a la
ley. Quienes se creyeren ofendidos
tienen derecho a la publicación de sus defensas, aclaraciones y
rectificaciones. No constituyen delito o
falta las publicaciones que contengan denuncias, críticas o imputaciones contra
funcionarios públicos o empleados públicos por actos efectuados en el ejercicio
de sus cargos. {…} La actividad de los medios de comunicación social es de
interés público y éstos en ningún caso podrán ser expropiados. Por faltas o delitos en la emisión del
pensamiento no podrán ser clausurados, embargados, intervenidos, confiscados o
decomisados, ni interrumpidos en su funcionamiento las empresas, los talleres,
equipo, maquinaria y enseres de los medios de comunicación social. Es libre el acceso a las fuentes de
información y ninguna autoridad podrá limitar ese derecho. {…}
Estos
derechos han sido violentados por acontecimientos recientes: El desalojo de La
Puya, Santa Cruz Barillas (Huehuetenango), Totonicapán, San Rafael Las Flores
(Santa Rosa), San José del Golfo (Guatemala), la resistencia de las y los
normalistas a nivel nacional por las imposiciones ministeriales y
gubernamentales al cambio de pensum de estudio de magisterio.
Pero ¿Cuáles
son los puntos en común que pueden visibilizarse?
- Atropello al ejercicio de la libertad de expresión y manifestación.
- Represión de parte del gobierno de la República y las fuerzas armadas: captura de líderes y lideresas, amenazas, uso de la fuerza.
- Control e intimidación a las personas manifestantes a través de tomarles fotografías, hacer listados e investigarlos.
- Falta de voluntad de diálogo.
- No respuesta a las demandas y decisiones legítimas de la población.
- Medios de comunicación que no dan cobertura a las demandas y generan opinión pública en contra de las comunidades o grupos que manifiestan.
- Intimidación ante quienes cubren las luchas de resistencia.
- Uso de grupos violentos de choque o infiltrados, muchas veces exmilitares, para provocar a las personas.
Desde AMEF nos
solidarizamos con las lideresas comunitarias que han sufrido intimidaciones,
amenazas, capturas y atentados por ejercer su derecho a la manifestación y organización en contra de la
explotación de la naturaleza, y la violación de los derechos fundamentales. Reconocemos a comunicadoras,
locutoras, periodistas de medios independientes que proclaman y viven la
libertad de expresión cubriendo y denunciando los atropellos a la población,
especialmente de otras mujeres.
Hoy,
hacemos nuestras las palabras de la escritora Marcela Serrano: “La gran revolución de este siglo consiste
en que las mujeres recuperemos la voz”, se va reafirmando la idea de que la
comunicación es, en primer lugar, un derecho y un campo estratégico de
intervención para influir en el pensamiento, provocar movilización y lograr
cambios en las identidades y las transformaciones sociales promovidas desde los
feminismos. “Porque sin comunicación no
puede haber educación, justicia ni nada”, según María Suárez de Radio
Internacional Feminista -FIRE-. Con el
tiempo se ha ido elaborando la noción de que el ejercicio de los derechos a la
comunicación constituye la base de la construcción de la ciudadanía de las
mujeres”. (Tomado
de la convocatoria del Eje Comunicación y Medios del II Encuentro Mesoamericano
de Estudios de Género y Feminismos, p.67)
¡Por el derecho a la manifestación y la libertad de
expresión!
¡Por el ejercicio de nuestros derechos como humanas!
Guatemala,
diciembre de 2012
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